Si quieres disfrutar de una isla maravillosa sin tener que recorrer miles de kilómetros, tan solo tienes que venir a Aqualandia. En nuestro parque te ofrecemos lo mejor del Mediterráneo y de otros destinos exóticos. Visita nuestra atracción Niágara, una auténtica playa paradisíaca.

Para quién se diseñó Niágara, una auténtica playa paradisíaca

Cuando hablamos de Niágara, una auténtica playa paradisíaca, no exageramos. Hemos reproducido a la perfección una playa de película. Todos aquellos que desean disfrutar de la tranquilidad y belleza de una playa exótica, se sentirán en el paraíso cuando estén dentro del agua o descansando en las hamacas de la orilla.

Los que buscan una jornada tranquila mientras el resto de la familia se lanza desde los toboganes más radicales, disfrutarán como nunca esperando en esta piscina. También es perfecto para hacer un alto entre tanta actividad y recuperar fuerzas.

Cómo es Niágara

Si no conoces Niágara, te explicamos cómo es. Te mostramos algunos detalles de interés relacionados con esta área de Aqualandia. De todos modos, cuando llegues allí, te darás cuenta de que la realidad supera a la descripción.

  • Agua cristalina. Lo primero que llama la atención cuando se llega a Niágara es lo cristalino de sus aguas. Se puede ver el fondo en toda la piscina, como las aguas turquesas de las playas paradisíacas que se ven en las películas o la televisión.
  • Vegetación. Todo en derredor puede ver exuberante vegetación. Aunque el entorno natural de los alrededores consta de pinos y arbustos, la vegetación aquí encaja más con la de una isla caribeña o hawaiana. Hay verdes enredaderas que cuelgan de las rocas y flores grandes, con llamativos colores.
  • Rocas. Para imitar las formaciones rocosas típicas de las volcánicas islas salvajes, se han hecho fieles reproducciones de rocas. Son tan reales, que dudarás de si forman parte natural del entorno del parque.
  • Cascadas. De las elevaciones rocosas fluye agua fresca que cae en forma de cascada. Es un verdadero placer pasar cerca de ellas o incluso por debajo. Tan solo el sonido del agua golpeando al caer ya es suficiente para producir un estado de relajación total.
  • Playa. No podía ser de otra manera. Aunque no sea de arena, a medida que sales del agua cubre menos, como en las playas de verdad. Si quieres tumbarte al sol a tomar un refresco, como harías en una isla paradisíaca, puedes hacerlo en una de las muchas hamacas que hay.
  • Cueva. Para que el realismo sea total y te olvides por un momento de que estás en Aqualandia, puedes pasar por una gruta esculpida en la roca y sobrepasada por una cascada. Tan solo escucharás el agua caer.

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