Una de las atracciones más famosas del mundo es el tobogán.

En parques infantiles, temáticos o de agua, la sensación de deslizarse hacia abajo con mayor o menor velocidad es algo que gusta a grandes y pequeños desde siempre. Con caída al agua, a la tierra o a una colchoneta; de un metro o de 50, los toboganes nos encantan y forman parte de nuestra vida desde que tenemos uso de razón.

La sensación de caer de una forma medianamente controlada, deslizarse y que te de la brisa en la cara, sentir como el agua te mueve e impulsa… Velocidad a raudales, o un movimiento intermedio… nos chifla, y da igual que seamos mayores. De hecho, si somos mayores queremos mejores toboganes, más altos, más escarbados, más veloces…. Queremos riesgo, novedad, ¡sorpresas!

La velocidad juega un papel imprescindible a la hora de convertir un tobogán en toda una atracción. En Aqualandia lo sabemos muy bien, y vosotros también lo sabéis porque habéis probado nuestros toboganes más emblemáticos. Verti-Go no solo destaca por su gran altura (el más alto de Europa con 33 metros), o por ser un tobogán cápsula (el más alto del mundo, por cierto). Nuestra atracción estrella llama a la atención por una cifra que es cuanto menos conmovedora y escalofriante, y es que cuando te deslizas por él la caída tiene una velocidad media de 100 km/h. Nada más y nada menos que la velocidad habitual por la que vamos en carretera es la que alcanzas en esa espectacular caída. Y no, no es lo normal.

No hay un estudio específico que nos diga la velocidad media por la que una persona se desliza por un tobogán, ya sea acuático o terrestre, pero si conocemos las velocidades habituales de algunos tipos de toboganes acuáticos, y por supuesto las de aquellos que sobresalen por algo, los más grandes y famosos del mundo como Verti-Go.

Un niño que se desliza por un tobogán acuático infantil puede alcanzar una media de entre 15 y 20 kilómetros por hora; mientras que en un tobogán con curvas y caídas en los que nos deslizamos con flotadores, como pueden ser nuestros rápidos, la media es de 33 km/h.

Sabemos que la altura no es lo único que influye en la velocidad de caída, y aunque no somos expertos en física, os diremos que la velocidad tiene que ver además de con la altura con la inclinación, la resistencia de los cuerpos, el material del que está construido el tobogán, etc.

Ya os hemos hablado de algunos de los toboganes más curiosos del mundo y en ellos se ve lo que estamos diciendo: que la velocidad nos encanta, y por eso cada vez hay más atracciones en las que es la estrella, y que la altura no determina la velocidad de caída.

Hay toboganes, como el más alto del mundo que mide casi 50 metros, en el que la caída alcanza velocidades como las de Verti-Go, unos 100 km/h. También hemos visto que se puede llegar a una velocidad de 90 km/h deslizándose solo 36 metros. Muchas posibilidades, inclinaciones extremas o más ligeras, curvas y zig zags.

Tenemos toboganes para todos los gustos en el mundo, para los atrevidos y los miedosos, para los que quieren compartir y los individualistas. Nos encanta que así sea, y sabemos que dentro de no mucho en Aqualandia o en cualquier lugar del mundo un nuevo tobogán retará a los más valientes; y que cada día, miles y miles de niños se divierten al deslizarse por un tobogán en su casa o en un parque. El tobogán es y será siempre uno de los grandes protagonistas de la diversión y la velocidad.